Un espacio de trabajo bien diseñado puede facilitar la ejecución de tareas, impulsar la creatividad, tener efectos positivos sobre la salud y aumentar el nivel de bienestar de las personas.
Estudios realizados por la Universidad de Harvard concluyeron que las capacidades cognitivas asociadas a actividades como tomar una decisión o prestar atención a una tarea se ven influenciadas significativamente por el entorno. ¿Cómo es esto posible? El aumento de la productividad puede deberse a factores que faciliten el trabajo mediante las condiciones físicas y estéticas de un espacio, las condiciones de acústica y climatización y también el equipamiento y mobiliario funcional y modular. Es importante también crear una atmósfera de productividad en el sitio de trabajo. Las empresas de hoy crean una cultura, valores y objetivos. Entonces, antes de diseñar el espacio de trabajo se debe identificar la misión de la empresa y comunicarla al equipo, para que cada persona conozca y desarrolle su papel en la búsqueda de ese logro. Luego se diseñará un espacio de trabajo que refleje esa cultura, facilite alcanzar la misión y promueva la salud y bienestar. Un paso necesario en el diseño de oficinas es analizar las actividades clave de la empresa y traducirlas en espacios integrales y flexibles. La revisión de los procesos de la empresa y cómo se ejecutan permitirá escoger qué espacios incorporar de una lista de posibilidades que incluye: espacios para el trabajo individual donde se requiere mayor concentración, áreas para cowork o trabajo colaborativo, espacios de trabajo manual o talleres, espacios de recepción y atención a clientes, espacios de descanso, alimentación y recreación, entre otros.